La Ruta 32, que conecta Villa Ana con Villa Ocampo, se encuentra en un estado de deterioro crítico, a pesar de los reiterados anuncios del gobierno provincial sobre obras de mejora y mantenimiento. En un tramo de aproximadamente 20 kilómetros, se han detectado más de 50 baches de distinta magnitud, banquinas desgastadas y falta de señalización adecuada, lo que genera un riesgo constante para quienes transitan diariamente la vía. Las malas condiciones se vuelven aún más peligrosas durante los días de lluvia, cuando la visibilidad disminuye y el agua acumula en los pozos, aumentando la probabilidad de accidentes. La Ruta 32 no solo es una vía de circulación cotidiana, sino que constituye un corredor esencial para el transporte de bienes y servicios, conectando la cuña boscosa con la Ruta 11, una de las principales arterias nacionales de la región.
El impacto del abandono de esta ruta se percibe también en situaciones de emergencia, donde cada minuto es vital. Ambulancias, bomberos y vehículos de seguridad deben sortear los múltiples baches y obstáculos, lo que puede demorar la atención médica y poner en riesgo vidas humanas. A más de un año del último informe sobre su estado, la ruta no solo no ha recibido mejoras, sino que su deterioro ha empeorado, reflejando un claro desinterés del gobierno provincial hacia esta vía estratégica. La falta de respuestas efectivas y la ausencia de un plan de mantenimiento sostenible generan preocupación entre los vecinos y usuarios habituales, quienes reclaman soluciones urgentes para garantizar la seguridad vial y el correcto funcionamiento de un corredor fundamental para la comunicación y el desarrollo regional.