El corazón agroindustrial argentino atraviesa una crisis estructural. Empresas emblemáticas como Los Grobo y su filial Agrofina entraron en concurso preventivo, con deudas millonarias y fuertes caídas de ingresos. El sector ya no resiste los costos ni los niveles de endeudamiento acumulados.
Las tecnológicas también están bajo presión. Bioceres y Rizobacter sufren degradaciones crediticias y problemas financieros. El default de Bioceres SA afectó el acceso a crédito de todo el grupo, mientras crecen las dudas sobre su capacidad de recuperación.
El modelo productivo cambió. El auge del financiamiento fácil quedó atrás. Hoy los productores ajustan dosis, siembran menos y reducen gastos, en un contexto de precios bajos, alta presión fiscal y problemas climáticos que afectan los rindes.
La crisis golpea a empresas grandes y chicas. Pymes como Campo de Avanzada también entraron en default, mientras Vicentin y SanCor siguen en procesos judiciales o concursales sin resolución clara. Lácteos Verónica pidió un Procedimiento Preventivo de Crisis para despedir personal.
El impacto ya se siente en el interior. Menor rentabilidad, más deuda y menos empleo son el nuevo escenario de una agroindustria que se reconfigura. El modelo expansivo llegó a su fin: el campo entra en modo supervivencia.
Fuente: Ámbito.