La tarea de los especialistas consiste en la toma de muestras de distintos fragmentos de dientes pertenecientes a ejemplares de mastodontes. En primer lugar, se extraen depósitos de cálculo dental con el propósito de realizar estudios micropaleobotánicos y de microrestos alimenticios, los cuales pueden proporcionar información directa sobre los tipos de plantas consumidas por estos animales.
Posteriormente, se utiliza instrumental odontológico de precisión (torno de laboratorio) para extraer una muestra controlada de esmalte dental. Esta muestra será sometida a análisis de isótopos estables, con el fin de obtener datos sobre la composición química del esmalte, lo cual permite inferir tanto la dieta como las condiciones climáticas y ecológicas del entorno en que vivieron.
Asimismo, se realizan calcos en silicona de las superficies oclusales de las coronas dentales. Estas réplicas serán analizadas mediante microscopía para identificar patrones de microdesgaste (estrías y picaduras), una técnica que complementa la información sobre la dieta, distinguiendo entre tipos de alimentación como ramoneo, pastoreo o consumo mixto.
La integración de estas metodologías —análisis de cálculo dental, isótopos estables y microdesgaste dental— constituye un enfoque multidisciplinario que permite reconstruir con mayor precisión las condiciones ambientales del pasado y comprender mejor la ecología de los proboscídeos sudamericanos durante el Pleistoceno.