Soledad Álvarez de 31 años, quedó varada junto
a sus hijos, su pareja Adolfo Linares de 27 años y una beba en camino de
algunos meses de gestación. En Florencia permanecieron desde el 4 de junio,
hasta el 31 de julio del año pasado, y fue gracias a la
colaboración de la comunidad y del Municipio, que contaron con hospedaje y
alimentos. Fueron una de las tantas familias varadas, que no podían ingresar ni
siquiera a la Provincia del Chaco.
Su historia al igual que la de cientos de familias
formoseñas, se parecen en mucho, son personas que viajaron, a otros puntos del país,
en este caso particular a Morteros Provincia de Córdoba, en busca de un futuro
mejor, para poder progresar en la vida y darle un mejor porvenir a sus hijos,
producto de la pandemia quedaron sin empleo y tuvieron que volverse a su tierra
natal, pero se encontraron con la triste noticia que no podían ingresar a
Formosa, porque necesitan una
autorización especial, al no contar con este documento tampoco el Chaco les permitía
estar en su territorio, por lo que tenían que esperar el permiso en Santa Fe.
Soledad agradeció el apoyo que la comunidad le
dio en un momento tan especial, y dijo que tiene ratos recuerdos de los vecinos
de Florencia.